¿Cómo cuidas tu piel? Tu piel se nutre o se daña desde el interior así como desde el exterior.

¿Cómo cuidas tu piel?                                         Tu piel se nutre o se daña desde el interior así como desde el exterior.

Una piel saludable debe ser nutrida con los mismos ingredientes y de la misma forma que un cuerpo saludable. La piel es la protectora del cuerpo. Esto le da una importancia gigantesca al modo como la tratas.

Te propongo ver los productos para la piel producidos en masa de la misma manera en la que consideramos los alimentos procesados, artículos llenos de conservadores, ingredientes innecesarios y sustancias artificiales dañinas.

Son muchas las sustancias que utiliza la industria de los artículos para el cuidado de la piel que han sido relacionadas con el cáncer, los trastornos reproductivos, el asma y las alergias severas.

Regresar a lo básico es lo mejor que puedes hacer por ti misma.

Tu piel te necesita

La piel es el órgano más grande de tu cuerpo y su salud es parte de tu bienestar general, como la salud de tu cerebro, tu hígado o tu corazón. 

Cuanto más sana estés por dentro, podrás producir células cutáneas rejuvenecedoras por más tiempo.

La manera de obtener una piel sana es generar un cuerpo sano, y este se obtiene gracias a elecciones alimenticias inteligentes y cambios positivos en el estilo de vida. Si tienes problemas dermatológicos recurrentes, lo más probable es que sean consecuencia de algo que está ocurriendo a nivel interno.

Así entonces, la piel es también la ventana a lo que ocurre en tu cuerpo. El hecho de mitigar los síntomas de un padecimiento cutáneo no significa corregir los problemas que los provocaron en un inicio. 

Si nutres tu piel desde el interior con una dieta saludable, antiinflamatoria e individualizada, y desde el exterior con productos naturales, sencillos y suaves, descubrirás que ya posees la sorprendente piel que siempre soñaste tener.

La piel es como cualquier otro órgano del cuerpo: estará tan saludable como el resto de ti.

Así como es bueno comer el arcoíris completo de frutas y verduras para obtener una gran variedad de vitaminas y minerales, también es bueno aportarle distintos nutrientes a la piel.

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¡Come color!

Lo que comes sí importa

La alimentación es la herramienta más importante que tienes para mejorar tu piel. Es imposible alimentarte de comida chatarra y tener buena piel. La alimentación cambia a lo largo de nuestra vida y se ve muy influida por nuestro estado de ánimo. La piel radiante es resultado de una alimentación equilibrada, de buena calidad y saludable. 

De igual forma, no tendrás una piel saludable y tersa si comes mucho azúcar, sal y comida procesada. La conexión es obvia: cuando comes alimentos carentes de vitaminas y minerales no obtienes vitaminas ni minerales, puesto que estos nutrientes son indispensables para tener una buena piel no podrás tenerla sin consumirlos.

Lo que comes si importa

Los “enemigos” de la belleza

Las hormonas son de los más relevantes reguladores de las funciones corporales.

Los cambios hormonales a lo largo de todas las etapas de la vida: la pubertad, la menstruación y la menopausia, tienen un gran impacto en la piel.

Por ejemplo, el estrógeno afecta el grosor, la firmeza y la humectación de la piel además de que tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que en la menopausia, cuando disminuyen sus niveles, la piel tiende a enrojecerse, resecarse y perder elasticidad.

La mejor forma de mantener las hormonas equilibradas es a través de una alimentación sin procesar, lo más natural posible, variada y diversa.

Otro gran enemigo de la belleza es la inflamación crónica, de hecho, no solo es enemigo de la belleza, sino uno de los principales causantes de la mayoría de los problemas actuales de salud. 

El cuerpo produce una reacción inflamatoria para protegerse y curarse. El problema no es en realidad que tu cuerpo tenga una respuesta inflamatoria, sino con cuánta frecuencia la tiene y cuánto dura. Hay una diferencia entre inflamación aguda, un episodio breve y particular, e inflamación crónica, la cual está implicada en problemas como eczema, psoriasis, celiaquía, alergias, etc.

La inflamación es una respuesta excesiva de un cuerpo en estado de alerta; es decir, es una reacción de estrés.

Hoy en día, la mayoría de las personas vive en estado de alerta todo el tiempo. El estilo de vida está lleno de detonadores de estrés, desde la contaminación ambiental, hasta las redes sociales

Una mala alimentación también es una de las principales fuentes de inflamación crónica. Los alimentos problemáticos son bien conocidos: azúcares procesados, grasas trans, exceso de carne y cereales refinados.

En la piel la inflamación provoca flacidez, arrugas prematuras, manchas, entre otros muchos problemas.

Otro enemigo de la belleza son los radicales libres y se han relacionado con daño y muerte celular, al provocar no solo adelgazamiento y flacidez de la piel avejentada, sino también otros problemas graves de salud, como infartos, cardiopatías y hasta cáncer.

Cuando somos jóvenes y sanos, nuestro cuerpo tiene un sistema de defensa antioxidante que mantiene a raya la producción de radicales libres. No obstante, a medida que envejecemos, la producción de radicales libres  supera de forma natural nuestro sistema antioxidante, y cuando comemos mal y nos exponemos a tensiones ambientales y de la vida diaria, el proceso se acelera.

EL HILO CONDUCTOR DE TODO ESTO ES ¡LA COMIDA!

La comida y lo que usas sobre la piel van de la mano

¿Por qué preferir productos naturales para el cuidado de la piel?

Así como tienes el hábito de leer las etiquetas de lo que compras para comer, te sugiero empezar a hacer lo mismo con los productos para el cuidado de la piel. Es fundamental aprender a diferenciar entre ingredientes sintéticos y naturales.

Recuerda que lo que pones en tu piel afecta tanto como lo que pones en tu boca.

Tu piel necesita tantos descansos como sea posible de las sustancias a las que la sometes.

Para tu tranquilidad, hay productos en el mercado que se elaboran con ingredientes orgánicos y 100 % naturales.

Los ingredientes naturales integrales son exactamente eso, ingredientes que provienen directamente de la naturaleza, que quizá requieren de un procesamiento, pero no contienen componentes sintéticos ni artificiales, y que aportarán los nutrientes que tu piel tanto necesita.

La salud cutánea es siempre un trabajo en proceso, incluir en el cuidado diario de la piel productos seguros y naturales que la nutran sin dañarla,  ¡es básico!.

Y es justamente eso lo ofrece la línea de cosmética artesanal Elmanatura. Esta cosmética es la más respetuosa con la piel y nuestro cuerpo. Se basa en aceites vegetales, 100% naturales que nos alimentan por dentro y nos cuidan por fuera.

Entre los ingredientes naturales más utilizados para el cuidado de la piel encontramos los aceites vegetales. No todos los aceites tienen exactamente las mismas propiedades. Su capacidad hidratante, reparadora o antiinflamatoria depende de la composición química de cada uno en particular.

Lo que algunos aceites vegetales hacen por tu piel

El aceite de coco es muy buen humectante y se absorbe con mucha facilidad por la piel. Es antibacterial y antimicótico. Está cargado de grasas saludables y antioxidantes así que nutre muchísimo la piel. Para algunas personas el aceite de coco es mejor para el cuerpo que para el rostro. 

El aceite de oliva es un humectante ligero que funciona de maravilla en la cara. Protege la piel del daño provocado por el sol y del cáncer. Suele ser bien tolerado hasta por las personas más sensibles. Puedes usarlo tanto en la piel como en el cabello.

El aceite de girasol incrementa la síntesis de ceramidas, tiene componentes antiinflamatorios y raramente es alergénico. Aporta vitamina E y ácido linoleico, los cuales fortalecen la barrera cutánea natural, evitando así la deshidratación y permitiendo que la piel se defienda mejor de los agresores externos. 

Es ideal para las pieles sensibles, con eczemas y bien tolerado por las pieles grasas.

Los aceites vegetales nutren tu piel por dentro y por fuera

El aceite de semilla de uva es apropiado para todo tipo de piel, es un humectante eficaz que hidrata y suaviza la piel de rostro y cuerpo. Es rico en polifenoles antioxidantes, que evitan la degradación de la elastina y de las fibras de colágeno con lo que se mantiene la piel firme y elástica. Ideal para la piel sensible pero grasa.

El aceite de almendras, es rico en antioxidantes, vitamina E, ácido oleico (Omega-9) y ácidos linoleicos (Omega-6) entre sus múltiples efectos están: disminuir la sensibilidad cutánea, es antiinflamatorio y puede ser usado por pieles secas y sensibles, elimina manchas cutáneas y restaura el pH normal de la piel.

El aceite de jojoba, con un alto contenido en cera vegetal, que se asemeja al sebo de la piel, y por eso es apropiado para reponer o mantener el manto lipídico disminuyendo la sensibilidad cutánea, es antiinflamatorio, rico en ceramidas, ayuda a controlar y equilibrar la producción de grasa por lo que es bien tolerado hasta por las pieles grasas y con acné. 

Ya que los aceites tienen distintas propiedades, lo puedes de manera única o combinada. La clave es hallar lo que mejor se ajuste a tus necesidades.

Puedes aplicar los aceites dos veces al día y el mejor momento para hacerlo es inmediatamente después de haberte duchado o con la piel húmeda. Solo seca el exceso de agua y aplica el aceite para retener la mayor cantidad de humedad posible. 

Me despido invitándote a conocer todo sobre la Alimentación para una piel saludable. Si quieres saber cómo la alimentación y el Estilo de Vida pueden convertirse en tus más poderosos aliados para recuperar y mantener la salud de tu piel, yo te digo cómo hacerlo en 8 pasos sencillos y que puedes poner en práctica hoy mismo, con mi Guía “Calma la Hiperreactividad de tu piel: los 8 hábitos científicamente probados para comenzar tu Estilo de Vida de Piel Saludable«. Una guía muy poderosa, 100% compatible con tu tratamiento dermatológico (si fuera el caso).

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